lunes, 19 de enero de 2009

Obama, el camino fulgurante del primer presidente negro de EEUU

[Publicado en ADN.es el 5 de noviembre de 2008, tras una intensa noche electoral en la redacción, entre última hora, tuiteos, traducciones en directo y las imprescindibles pizzas. Es el típico resumen de la campaña, con las típicas ventajas de internet: vídeos, enlaces y especial para quienes quieran prepararse antes de la investidura y la Obasemana que nos espera...]

En 2004 los estadounidenses que sabían quién era Barack Obama eran muy escasos. Y fuera de EEUU, es posible que a algún especialista europeo le sonara el nombre, pero a efectos prácticos el senador por Illinois era un desconocido. Cuatro años después, Obama es el presidente electo de la primera potencia mundial. Después de imponerse a la que preparaba su coronación desde la caída de su marido, Hillary Clinton, Obama convenció a más de 63 millones de votantes que valía más que el curtido político republicano, John McCain, el candidato con más edad para un primer mandato y veterano de la guerra de Vietnam. Repasamos los momentos claves de su fulgurante carrera hacia la Presidencia.

De anónimo a candidato

Obama (Honolulu, 1961) nació políticamente en Boston en 2004. El que sólo era candidato en las elecciones senatoriales pronunció entonces el discurso de apertura de la Convención Nacional Demócrata de julio. "No hay una América progresista y una América conservadora, lo que hay son los Estados Unidos de América", afirmó el "improbable" orador, como él mismo se calificó (aquí el texto íntegro, en inglés).



Su llamamiento a romper con las obsesiones partidistas al mismo tiempo que criticaba con dureza la guerra de George W. Bush en Irak y su política económicale le valió "admiradores por doquier", constataba entonces el diario The New York Times.

Cuatro meses después, mientras John Kerry perdía las presidenciales frente a Bush, Obama ganó su escaño en el Senado con un margen de 43 puntos, la máxima diferencia en la historia del Estado de Illinois. Ya tenía una tribuna para difundir sus ideas a escala nacional. Los especialistas parlamentarios de EEUU, acostumbrados a analizar el detalle del voto de cada congresista durante su legislatura, coinciden en considerar a Obama como uno de los 10 senadores más izquierdistas de la Cámara. Con todo, también propugnó medidas bipartidistas, una de ellas junto al republicano John McCain sobre transparencia en los gastos públicos.

La primera campaña, frente a Hillary



Lo más duro vino después. Tras lanzar su candidatura en febrero de 2007, el siempre sonriente abogado entró en el terreno de la política que importa de verdad y en la que casi todos los golpes están permitidos. Además, sus pretensiones presidenciales chocaban con las de otra persona con ambiciones tan altas como las suyas, quien llevaba ocho años preparándose para el puesto y ofrecía la ventaja irrebatible de ser mujer.

Hillary Clinton había oficializado su esperada candidatura un mes antes que Obama y veía su coronación como candidata de los demócratas como la consecuencia natural y casi inevitable de su hasta entonces irresistible ascenso en los sondeos de opinión y en el aparato del partido. Obama la cogió por sorpresa.

Los demócratas no recuerdan un duelo tan marcado y tan largo como el de las primarias de 2008, de las que rápidamente quedaron excluidos los otros candidatos. El desesperante equilibrio entre el primer candidato negro y la primera muejer candidata a representar uno de los dos grandes partidos de EEUU en las presidenciales forzó una radicalización de la campaña, con duros reproches mutuos.



La crítica principal de la campaña de Hillary se centraba en la supuesta inexperiencia del abogado de 47 años. El argumento quedó reflejado en un polémico vídeo en el que los seguidores de la ex primera dama preguntaban: ¿Quién prefiere que conteste al teléfono cuando suene a las 3 de la madrugada en la Casa Blanca y tus niños estén durmidos? Obama respondió a su manera, subrayando que en un mundo inseguro tal y como lo describe su rival, él se mantenía firme en sus principios y que se opuso a la guerra en Irak desde el primer momento.

Y poco a poco, el mensaje del cambio iba calando entre los demócratas y Obama se hizo con los 2.118 delegados necesarios para asegurar la candidatura presidencial. El 3 de junio, por fin pudo decir: "Gracias a ustedes, seré el candidato demócrata".



Esa noche, el demócrata ganó el primer combate frente a su nuevo rival, el republicano John McCain. Mientras Obama pronunciaba un entusiasta discurso de Obama ante unos 17.000 seguidores, el republicano protagonizó uno de los momentos más patéticos de su campaña, un discurso tachado de mediocre y soporífero por los medios y que sólo presenciaron unos 600 incondicionales.

El terreno frente a los medios

A partir de aquella noche, Obama tuvo que lidiar con otro rival, aunque McCain utilizaba parte de la artillería movilizada por Clinton: el argumento de que la falta de experiencia del demócrata es un gran riesgo. McCain no dudó en caricaturizar a su adversario, explicando que se parecía más a una estrella de Hollywood o un famoso del estilo de Paris Hilton que a un estadista.



Mientras el republicano apostaba por anuncios llamativos y controvertidos y afirmaciones polémicas con las que ganar la atención a diario de las cadenas de televisión, Obama, por el contrario, decidió canalizar gran parte de sus energías hacia un esfuerzo masivo para registrar a nuevos votantes, entre ellos muchos jóvenes . La campaña de Obama ha movilizado a 1,5 millones de voluntarios en todo el país, opera 770 oficinas y contactado a unos 400.000 votantes a diario.Según declaró a Efe Jen O'Malley, directora de operaciones en los estados más reñidos de la contienda, los voluntarios y empleados de la campaña han hablado por teléfono o en persona con 12 millones de personas desde principios de septiembre. McCain contó con una operación más reducida, tanto en número de voluntarios como oficinas.

Obama también pudo contar con la suerte: frente a la peor crisis fianciera desde 1929, el reflejo natural de los votantes independientes fue votar por el partido que no asocia a la gestión de los últimos años.



Lo dijo a modo de broma en la tradicional cena de gala de Waldorf Astoria: "Recientemente, uno de los máximos asesores de John dijo que si seguíamos hablando de economía, McCain iba a perder. Así que esta noche, me gustaría hablar de economía". Pero Obama iba en serio, y McCain perdió.

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