miércoles, 21 de enero de 2009

La boda de Sarkozy (también) es ilegal

[Publicado en ADN.es el 10 de febrero de 2008]

El presidente francés y Carla Bruni celebraron una ceremonia privada en el Elíseo aunque el Código Civil prevé que el matrimonio tiene que ser público


Cuando se divorció de su segunda esposa y primera asesora política, Cécilia Ciganer-Albéniz, Nicolas Sarkozy suscitó, además del interés mediático mundial, la curiosidad de los juristas que no entendían cómo el presidente francés podía presentarse ante un juez pese al carácter casi absoluto de su inmunidad. Ahora que vuelve a casarse, tampoco hace mucho caso de los pormenores de las leyes.

El problema viene de la relación fluctuante entre la vida privada y la vida pública del jefe de Estado. Después de dejarse fotografiar con Carla Bruni en Eurodisney, y una vez comprobado el efecto desastroso de su falta de discreción, Sarkozy decidió que los periodistas no iban a enterarse de su matrimonio con la cantante antes de que ellos lo consumieran. Y, efectivamente, se casaron muy discretamente en el Elíseo, a puertas cerradas.

La claridad del Código Civil

Sin embargo, el Código Civil francés no permite tantos secretos. En su artículo 166, estipula claramente:

"El matrimonio se celebrará públicamente ante el oficial del Registro Civil del municipio en el que tenga su domicilio uno de los contrayentes o su residencia en la fecha de la publicación prevista por el artículo 63 y, en caso de dispensa de publicación, en la fecha de la dispensa prevista en el artículo 169 siguiente"

Aunque el Código Civil prevé que, en casos excepcionales, se puede evitar la publicación de la inscripción del acto en el registro oficial, nunca aplica esta dispensa a la ceremonia, como destacó en su momento el jurista y bloguero Jules.

Comentarios entres los blogs

De hecho, el error de forma cometido por el presidente de la República se comenta mucho entre los blogs y los medios de comunicación franceses desde que el diario Le Figaro lo apuntara en su edición digital. Aunque Jules considera la publicidad del matrimonio una característica conocida por "cualquier estudiante en derecho", el periódico conservador fue el primero en popularizar el problema con un breve titulado "El alcalde del VIII [distrito de París, el que casó a la pareja presidencial] se enfrenta a una multa". La multa sería de 4,50 euros.

Más allá del pequeño importe que se podría exigir al alcalde, varios especialistas -entre ellos los de la Corte de Casación, el más alto tribunal administrativo francés, consultados por Le Figaro- consideran que el matrimonio podría teóricamente ser anulado.

No obstante, en la práctica, falta encontrar la persona que denuncie al presidente francés. Maître Eolas, abogado y uno de los blogueros políticos más leídos en Francia, apunta que aunque "sin duda la forma no ha sido respetada [...], sólo el fiscal podría recurrir contra el matrimonio por nulidad. Salvo si el fiscal de París quiere que le transfieran a St Pierre et Miquelon, la hipótesis parece poco probable".

(Foto: EFE)

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